Voces desde el campo

Voces desde el campo 1

La lucha por la tierra es parte de la lucha cotidiana de los pueblos por la vida

María Everarda, Guatemala,Conavigua

Mi nombre es María Everarda de León, tengo 42 años, soy del pueblo Maya Achí, y de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, CONAVIGUA, miembro de La Vía Campesina. Nosotras no contamos con tierras propias sino alquilamos, en estas tierras sembramos frijoles, maíz y las diferentes hortalizas. Pero hoy con el cambio climático, la producción es muy difícil. Creemos que esto es consecuencia de la destrucción de la madre tierra. Desde el 2000 tenemos dificultades en la producción de granos básicos, la tierra no produce, los ríos están secos, pues también las hidroeléctricas han destruido nuestros cerros.
La lucha por la tierra es parte de la lucha cotidiana de los pueblos por la vida, para los capitalistas solo es mercancía. Se acumula la tierra, el latifundio. Nosotras queremos una reforma agraria integral con principios y valores, que sea incluyente, no solo para garantizar la Soberanía Alimentaria y sino también la vida de los pueblos. Tengo dos hijos, y la situación es bastante difícil para la niñez y juventud, creo que la lucha de las mujeres ha sido para que las nuevas generaciones logren tener una vida digna y en plenitude en el campo, en conexión con la madre tierra.

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!La reforma agraria está en manos de la juventud!

Zainal Fuad, Indonesia ,SPI

Me llamo Zainal Fuad Mi familia está en el este de Java. Producimos mandioca, maíz y cacahuetes. Formo parte del consejo nacional del Indonesian Peasant Union (SPI) (Unión Campesina Indonesia), y también formo parte de La Via Campesina en el Este y el Sur de Asia del este.
En Indonesia, en la etapa previa a la independencia, los holandeses ocuparon millones de acres de tierra. Aunque después de nuestra independencia la tierra fue nacionalizada a través de las reformas agrarias iniciadas en los años sesenta, fue un desastre debido a la ola de capitalismo que nos arrasó, impulsada de forma agresiva por las grandes corporaciones y el Estado. Y esto aún continúa hoy.
¡SPI está impulsando una reforma agraria ocupando las tierras! Hemos orientado la ocupación a un millón de hectáreas de tierra en 2019, mientras que intentamos que el gobierno distribuya alrededor de 9 millones de hectáreas de tierra. Esto es importante para aquellos agricultores que tienen muy poca tierra o no tienen. Necesitamos tierra para poder construir nuestro sustento. En la tierra ocupada producimos a través de métodos ecológicos y la distribuimos a través de nuestras cooperativas. Mobilizar a la juventud y mantenerlos en la isla es un gran desafío. !Hemos aceptado este desafío porque creemos que el sueño de la reforma agraria está en manos de la juventud!

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Tenemos una relación especial con nuestra tierra

Themba Chauke, Sudáfrica, LPM

Soy Themba Chauke, del Landless People»s movement (movimiento de pueblos sin tierra) de Sudáfrica. En Sudáfrica, actualmente nos enfrentamos a una de las peores sequías que se recuerdan, causada por el Niño, y esto está elevando los precios de la comida. El gobierno debe ejecutar urgentemente la Reforma Agraria, usando una forma de agricultura que la gente pueda entender. Podemos llamar a este tipo de agricultura agricultura campesina o agroecología. En este tipo de agricultura no usamos ningún tipo de componente químico, sino que usamos las semillas que tenemos. Mi familia es de una región que ahora se conoce como Parque Nacional Kruger. Fueron expulsados de esta tierra durante el apartheid, en los años sesenta. Pero aún tenemos una relación especial con nuestra tierra y vamos allí para realizar nuestros rituales. Mientras crecí iba a menudo a los campos para ver lo que mi comunidad estaba realizando en las granjas, para aprender y ayudar. Así aprendí sobre la agricultura. Incluso le cuento a mi hija pequeña, que tiene 11 años, que tiene que respetar esta forma de agricultura y que siempre tiene que apoyar a los pequeños agricultores. A través de la red de La Via Campesina, los campesinos aprenden unos de otros sobre nuevas técnicas de agroecología, lo que es muy importante en el contexto actual en el que nos encontramos.

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Ser campesino es estar orgulloso

Attila Szocs, Rumanía, Eco Ruralis

Soy Attila Szocs, un productor de semillas de Rumanía y represento a una organización campesina llamada Eco Ruralis. Produzco semillas para su uso agrícola y las distribuyo en nuestra red. Tenemos una granja colectiva compartida con otros miembros de Eco Ruralis cerca de nuestra sede central donde llevamos a cabo esta acción. En la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria contemplé con gusto el trabajo de MST y sus ideas sobre gestión de tierras La Reforma Agraria se necesita urgentemente en Europa y Europa del Este. En Rumanía los campesinos desaparecen cada hora y el país está cambiando hacia la agroindustria. Es importante mantener a los campesinos en la tierra y también asegurarse que nuestra juventud se interesa por la agricultura. La Reforma Agraria presenta una alternativa. Necesitamos este concepto para producir de forma ecológica y las únicas personas que pueden hacer esto en la sociedad rumana son los campesinos. Por eso es importante que La Via Campesina esté presente en Rumanía. La energía y el entusiasmo del movimiento es una inspiración y es importante para nuestros miembros sentir esta energía y saber que ser campesino es estar orgulloso.

Cuadros

Cuadro 1

Reforma agraria clásica vs…

En el pasado se logró la reforma agraria en distintos países, porque el latifundio era visto como impedimento al desarrollo, por ser improductivo. Los terratenientes se dedicaban a la producción extensiva, de poca inversión, y en la mayoría de los casos ni usaban la mitad de sus tierras. Esto era una evidente injusticia: mucha tierra en manos de pocos, quienes ni siquiera la tenían productiva, frente a millones de familias sin una sola pulgada de tierra.

Esto permitía una alianza de clases a favor de reforma agraria, entre campesinado y capital industrial nacional, para que los campesinos hicieran productivas las tierras improductivas del latifundio, y así contribuir al desarrollo económico nacional.  Eran reformas parciales, y favorecían a los intereses de los campesinos agricultores por encima de los derechos de los pastores trashumantes, los pueblos forestales, y otros habitantes rurales.  Eran reformas incompletas y deficientes, además las condiciones actuales hacen que ya no es viable la alianza de clases que las hacían posibles.  Esto es porque el capital financiero está transformando al latifundio improductivo en agronegocio y minería, por eso ya no hay argumento capitalista de la necesidad de hacer reforma agraria para lograr el desarrollo.

Cuadro 2

…Reforma agraria popular

Como la reforma agraria clásica era deficiente, y ya ni siquiera es posible, se hace necesaria una llamada nueva, a favor de una “Reforma Agraria Popular.”  El idea es que campesinos, pueblos indígenas, trashumantes, pueblos indígenas, pescadores, y otros sectores populares del campo, luchemos juntos a favor de territorios populares, en donde producimos alimentos sanos en harmonía con la naturaleza, usando la agroecología y nuestras prácticas y conocimientos populares y ancestrales.

Lograr esta reforma agraria también requiere una alianza de clases, pero ya no con ningún sector de los capitalistas nacionales.  Más bien requiere una alianza entre los pueblos rurales y urbanos. Para construir está alianza, es necesario producir ecológicamente, y mostrar que los territorios populares, alimentarios y ecológicos, son mejores para la Sociedad y para la Madre Tierra que los territorios del Capital.  Los territorios populares permitan la vida con dignidad, producen alimentos sanos, cuidan a los bienes naturales como los suelos, el agua, los bosques y la biodiversidad, y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Los territorios del Capital están llenos de monocultivos en grandes extensiones, minas a cielo abierto, pesticidas, transgénicos y desechos tóxicos, y generan miseria, migración y calentamiento global.

Cuadro 3

West Africa Caravan for Land, Water and Seeds (Caravana del oeste de África por la tierra, agua y semillas

Alrededor de cuatrocientos representantes de 15 países africanos[1] formar parte de la Caravana que ha atravesado tres países del Oeste de África (Burkina Faso, Mali y Senegal), desafiando la gran apropiación de tierra campesina, agua y territorios por empresas agrícolas internacionales.

La caravana se formó por primera vez en el Forum Social Africano de Dakar, en 2014 para denunciar la apropiación de tierra. Este diálogo continuó en el Foro Social Mundial de Túnez, en Marzo de 2105, lo que llevó a la creación de la Global Convergence of Land and Water Struggles (Convergencia mundial de lucha por la Tierra y el Agua).[2] por varias organizaciones de once países del Oeste de África en junio de 2015.

La caravana buscaba concienciar y movilizar comunidades para avanzar en la lucha por el derecho a la comida, tierra, agua y las semillas y para desafiar las decisiones que toman las autoridades sobre tierra y desarrollo agrícola, adhiriéndose así a convenciones, mecanismos regionales y normas internacionales.

La Caravana comenzó en Burkina Faso el día 3 de marzo, continuando hacia Mali y finalizó en Dakar, Senegal, el día 19. Durante el viaje de 2300 km, 17 días y 3 paradas por país, la caravana reunió las preocupaciones de cada agricultor, pudo saber sobre los problemas relacionados con el acceso a la tierra, el agua y la conservación de las semillas y también se reunió con líderes políticos y administrativos. A través del viaje la caravana fue testigo de varios casos de violaciones de los derechos de los campesinos, muchos de ellos relacionados con la apropiación de terreno, facilitado por gobiernos y dirigidos por instituciones Bretton Woods.

Se pegaron pancartas y carteles con los siguientes mensajes : «Parad el proyecto jathropha, stop al silencio y la indiferencia de las autoridades», «soberanía alimentaria = soberanía de los pueblos», «Tierra, agua y semillas son mi vida»… «No toquéis mi tierra, mi tierra es mi vida».

Ibrahim Coulibaly de ROPPA dijo «Cada día vemos como se despoja a los campesinos de sus tierras. Las autoridades locales de cada ciudad hacen tratos corruptos con industrias agrícolas y de vez en cuando impiden el acceso al agua o semillas. Estes proyectos son la muerte de nuestra región».

La tierra y el agua son bienes comunes, no productos y son nuestra herencia común, deberíamos asegurarnos, preservarlos y que cada comunidad los gobierne. En el Oeste de África el 70 % de la población depende de la agricultura campesina, que alimenta el 80 % de la población de la región. El acceso seguro y el control de la tierra son vitales para la comunidades y deben ser preservados.

El 8 de marzo las mujeres rurales en el oeste de África protestaron por sus derechos. A ellas les falta el acceso seguro a la tierra y el apoyo económico y son las primeras víctimas de la apropiación de tierras.

La caravana aseguró y reforzó la creación de un movimiento fuerte para luchar por los derechos de los pueblos basados en la soberanía alimentaria.

El último día, en Dakar, el libro verde de la convergencia hizo una lista de las demandas y las propuestas en referencia a la tierra, el agua y las semillas y posteriormente fue entregado al presidete de Senegal, Macky Sall, presidente de ECOWAS.

Puedes saber más de la caravana en www.caravaneterreeau.info

Cuadro 4

Noticias sobre una lucha emblemática por la tierra: ZAD, Notre Dame des Landes

En Europa, el término «reforma agraria» casi no se usa. Es cierto que se alzan voces sobre el acceso de los jóvenes a la tierra, los derechos a trabajarla y los derechos colectivos en contraste con la propiedad privada. Sin embargo, la estrategia no es movilizarse en masa ocupando las tierras y exigiendo la redistribución de la tierra, como en Brasil o Honduras. Así, aquellos que se oponen al proyecto de construcción del aeropuerto en Notre Dame des Landes, a pocos kilómetros de Nantes, protestan. Es una lucha real por la tierra que va más allá del clásico «no en mi jardín».

En 1974, un área de 1200 hectáreas fue delineado y llamado ZAD por quienes apoyaban el proyecto del aeropuerto. Para ellos se llama « Área de Construcción en Diferido»[3]. Al mismo tiempo, se creó una asociación de protección del territorio que involucraba a los agricultores de la zona, asustados por el proyecto. El proyecto siguió evolucionando durante 40 años. Hoy la asociación es una plataforma económica a escala internacional que se extiende de Nantes a Saint-Nazaire. Aquellos que se oponen al proyecto han cambiado el significado del acrónimo por «Area to Protect», (Área que proteger).[4]. Sesenta residencias fueron creadas (casas ocupadas colectivamente, cabañas, caravanas…) y cientos de hectáreas han sido reclamadas por la compañía privada encargada del proyecto. Esta tierra tiene un uso agrícola (pastos, horticultura, cereales, etc.). Hoy ZAD es un lugar donde se llevan a cabo diferentes experimentos, un sitio para aprender y vivir juntos, para cultivar la tierra, ser más autónomo y, además, es conocido en varios países en Europa. En Francia hay muchos grupos de apoyo local listos para movilizarse en caso de que se quiera llevar a cabo la expulsión de los «zadistas».[5].

En otoño de 2015, a pesar del llamamiento de la Comisión Europea, que establece que no se puede llevar a cabo ningún trabajo antes de que una respuesta satisfactoria referente a la medidas de compensación ambiental sea dada por Francia, el primer ministro francés, de nuevo, expresó su deseo de completar el proyecto. Por una parte, durante COP21, la diplomacia francesa se enorgullecía de liderar negociaciones para obtener una promesa de todos los países del mundo para disminuir las emisiones de CO2. Por otra parte, comenzó a llevar a cabo los procedimientos de expulsión de los habitantes y agricultores que quedaban en ZAD. Por consiguiente, a comienzos de 2016, hubo movimientos ciudadanos fuertes en Nantes y en otras ciudades de Francia. Así, el gobierno anunció que habría un referendum. Pronto se cambiaría el nombre a «consulta» y fue limitado geográficamente a un departamento francés, Loire-Atlantique.

Actualmente el comité de la oposición (alrededor de 50 grupos, asociaciones, comunidades, sindicatos y movimientos políticos) censuran esta broma de democracia y apelan a los ciudadanos para que voten masivamente y voten NO para no darles carta blanca a los gestores del proyecto. Este tipo de consultas no puede legitimar en si misma un proyecto de aeropuerto desastroso que dañaría tierras fértiles y áreas húmedas de una gran riqueza biológica.

En Diciembre de 2015, alrededor de 40 campesinos de La Via Campesina fue a ZAD a apoyar esta lucha simbólica por la tierra. Esperamos que esta consulta en las próximas semanas sea solamente un paso más en esta larga lucha para parar por completo este proyecto inútil, sería un paso más para que en Europa, así como en otros lugares del mundo, se siga expandiendo la concienciación de la importancia de la tierra para producir nuestros alimentos.


[1] Níger, Nigeria, Togo y Benín se han unido a la Caravana en Ouagadougou, en Burkina Faso. Ghana se unió en Bobo-Dioulasso, en Burkina Faso. Costa de Marfil se unión en Sikasso, en Mali, Mauritania en Rosso, el norte de Senegal, Guinea- Conakry en Tambacounda (Senegal). Gambia, Guinea Bissau, Sierra Léone se unieron en Kaolack.

[2] En  el oeste de África comprende más de trescientas organizaciones y redes que representar a víctimas de apropiación de tierra y agua en las áreas rurales, periurbanas y urbanas, expulsadas de distritos populares, juventud, mujeres y ONG de 15 países del ECOWAS y la West African Economic y Monetary Union (Unión Económica y Monetaria del Oeste de África).

[3] » Zone d’Aménagement Différé «

[4] «Zone À Défendre»

[5] El nombre que se les da a los residentes de ZAD

Destacados

Declaración de Marabá

Conferencia Internacional de la Reforma Agraria
Marabá, Pará, Brasil, 13 al 17 de Abril 2016 [Versión completa disponible aquí.]

Hay un creciente acaparamiento de tierras, bosques y agua, golpes contra la democracia y la voluntad  popular, presos políticos, etc., no solo en América Latina, Asia y África, sino también en Europa y Norteamérica. En la actualidad somos testigos de una emergente alianza entre el capital financiero, las empresas trasnacionales, el imperialismo, sectores de los Estados Nacionales (casi sin importar su aparente ‘ideología’), en particular pero no solamente, los poderes judiciarios y policiales, el sector privado del sistema agro-pesca-alimentario (agro-negocio), de la minería, la construcción, la explotación forestal, etc., o sea, del extractivismo, y con los medios de comunicación. En su conjunto esta nueva alianza impulsa una avalancha de privatizaciones, acaparamiento y concentración de bienes comunes y públicos, como la tierra, el agua, los bosques, las semillas, las áreas de pastoreo y de pesca, los glaciares, entre otros. Utilizan la financierización y mercantilización de todo, los tratados de libre comercio e inversión, la corrupción de los políticos y élites gobernantes, su control de los medios de comunicación y del sistema financiero, y la concentración empresarial para lograr sus fines.

Las consecuencias de esta ofensiva del capital ponen en peligro la salud, la naturaleza, el clima, la biodiversidad, la vida rural, la Madre Tierra, y a nuestros pueblos y culturas. La destrucción del tejido social de nuestras comunidades, la migración masiva, el crecimiento desenfrenado de las periferias urbanas, la inseguridad, los agro-tóxicos, los transgénicos, la mala alimentación y la homogenización de los hábitos de consumo, el calentamiento global, la destrucción de los manglares, la acidificación del mar, el agotamiento de la pesca, son -entre muchos otros- síntomas de lo que está sucediendo.

Cualquier resistencia que oponemos los pueblos es respondida con demonización mediática, persecución y criminalización de organizaciones, líderes/esas y luchadores/as sociales, represión, asesinato, desaparición forzada, encarcelamiento ilegítimo, detención administrativa, acoso sexual y violación. Hay una modificación de leyes para permitir cada vez más criminalización y, en muchos casos, una impunidad creciente y casi total.

Preguntamos: ¿Es mejor un campo sin campesinos, sin árboles, sin biodiversidad, de monocultivo y producción confinada de animales, de agro-tóxicos y transgénicos, que produce y exporta alimentos no saludables, que genera cambio climático y mina la capacidad de las comunidades para adaptarse a ello, con contaminación, enfermedades, y migración masiva a las ciudades?¿o un campo compuesto por los territorios agroalimentarios de campesinos y campesinas, de pueblos indígenas, de agricultores familiares, pescadores artesanales y otros pueblos rurales, con vida digna, cosmovisiones y saberes diversos, árboles, biodiversidad, producción agroecológica de alimentos saludables, que enfría el planeta, que produce soberanía alimentaria y que cuida la Madre Tierra?

En este sentido, los compañeros y compañeras de Brasil nos ha enseñado su propuesta de una Reforma Agraria Popular, una reforma agraria no sólo para los campesinos sin tierra, sino para la clase trabajadora y toda la sociedad. Un concepto de reforma agraria con agroecología, con un enfoque territorial, que solo será conquistada a través de la lucha de clases y del enfrentamiento directo al proyecto del capital, a sus ganancias, a sus medios de comunicación concentrados y otros agentes nacionales e internacionales. Una reforma agraria para potenciar la agricultura, economía y territorios campesinos.

En el mismo sentido, en toda América, Asia, África, Europa y Medio Oriente, nuestras organizaciones, movimientos y convergencias están en la disputa territorial directa con el capital, con propuestas similares, basados en enfoques territoriales, en la convergencia entre nuestra diversidad, cosmovisiones, saberes populares y tradicionales, en la agroecología, pesca artesanal y pastoralismo tradicional, y en nuestros diversos modos y estrategias de vida. Las propuestas aunque similares, también son distintas según la naturaleza de nuestras diferentes realidades.

En donde está concentrada la tierra, luchamos por su redistribución, y en algunos países se habla de hacer una “revolución agraria.”En donde nuestros pueblos aún controlan sus tierras y territorios, luchamos por su defensa; en donde la tierra fue nacionalizada, y ahora es concesionada por los gobiernos a entes extranjeros, luchamos por su retorno a nuestras comunidades y derechos consuetudinarios. Los y las pescadores/as entre nosotros/as hablan de la lucha por los territorios de pesca artesanal. En Europa hemos retomado las ocupaciones de tierras y organizado luchas contra los cambios en el uso de la tierra, logrando visibilizar los problemas de acaparamiento y concentración. En Palestina luchamos contra la ocupación brutal de nuestro territorio y llamamos al boicot de los productos israelíes. Y en todos lados arde la lucha de la juventud por el acceso a la tierra y otros recursos.

Tenemos grandes victorias como la reforma agraria masiva -con recuperaciones populares de tierra- en Zimbabue, la ‘Educación del Campo’ en Brasil, las cancelaciones de concesiones mineras y para plantaciones masivas en algunos lugares de África, la permanencia de la reforma agraria cubana y su éxito agroecológico con el movimiento “de campesino a campesino,” etc.  También tenemos victorias parciales, pero alentadoras, como la promesa de una importante reforma agraria en Indonesia, para lo cual debemos movilizarnos y hacer cumplir sus promesas a nuestros gobiernos.

Nuestros Desafíos

Transformar la lucha por la tierra en la lucha por el territorio, junto con la construcción de un nuevo modelo productivo, para la soberanía alimentaria, profundizando una agroecología más “autónoma,” en base al rescate de saberes ancestrales y nuestros propios recursos e insumos locales.

Organizar la lucha por las políticas públicas, tanto a favor de la producción campesina como por la salud, la educación, la cultura y el deporte en nuestras comunidades.

Masificaremos la formación política e ideológica, mejoraremos el trabajo con nuestras bases, a fin de mejorar la organicidad interna y funcionamiento de nuestras organizaciones, fortaleciendo de manera creciente la participación y el liderazgo de mujeres y jóvenes.

Enfrentaremos la demonización mediática, y la manera como los medios masivos promueven una cultura de consumo y un vaciamiento de contenido de los sistemas “democráticos”. Trabajaremos arduamente por construir nuestros propios medios de comunicación, que dialoguen tanto con nuestras bases como con la sociedad en su conjunto.

Haremos frente de manera más efectiva a la criminalización, la represión, la militarización, y organizaremos la lucha internacional a favor de nuestros/as presos/as políticos/as. Organizaremos una jornada permanente de solidaridad, basado en el lema: “no damos lo que nos sobra, sino que compartimos lo que tenemos”.

Continuaremos con nuestra tarea de construir alianzas de clase, sin dependencias, entre campo y ciudad, y entre productores y consumidores.

Denunciamos y combatiremos a las leyes “anti-terroristas” y su aplicación contra nuestras luchas legítimas.

Confrontaremos la tendencia institucional (Banco Mundial, FAO, academia, ONGs, etc.) de vaciar de contenido a conceptos como “reforma agraria” y “agroecología,” lanzando versiones “light” como “acceso a la tierra” y “alimento orgánico industrial” del monocultivo del “agro-negocio verde,” y la “responsabilidad social de las corporaciones”.

Lucharemos para lograr mecanismos internacionales no solo “voluntarios,” sino vinculantes y sancionables.

Fortaleceremos la participación de las mujeres y jóvenes en todos los movimientos sociales. Implementaremos mecanismos para incrementar la permanencia de la juventud en el campo. Lucharemos contra el modelo patriarcal que impera bajo el sistema capitalista, y exigiremos  el pleno derecho de las mujeres campesinas e indígenas a  la tierra, agua y territorio.

Boletín núm. 26 – Editorial

Reforma agraria y soberanía alimentaria

Hoy día estamos frente a una oleada del capital financiero sobre los recursos ubicados en las zonas rurales del mundo. Está generando la financierización de los bienes y productos del campo, y la (re)capitalización) de las actividades capitalistas extractivistas , tales como el agronegocio, sobre todo de monocultivos para la exportación, las plantaciones forestales, los agrocombustibles, las empresas mineras, y los constructores de megaproyectos como represas, carreteras y desarrollos turísticos. Esto conduce al acaparamiento de tierras, y al despojo, desalojo, desplazamiento, y migración de nuestros pueblos, la creciente criminalización y represión de la protesta social, y la demonización mediática de nuestros movimientos y luchas.

Ya que el capital se está apropiando de los territorios enteros de nuestros pueblos, nosotros tenemos que responder transformando la lucha por la tierra en la lucha por el territorio. Esto requiere construir alianzas entre campesinos y campesinas, jornaleros, pueblos indígenas, pastores nómadas, pescadores artesanales, pueblos forestales, y otros sectores populares del campo, y las populaciones urbanas, sobre todo de la periferia y los consumidores. Requiere producir alimentos sanos con la agroecología y los saberes ancestrales y populares, y demostrando que los territorios populares son mejores para la Sociedad y la Madre Tierra, que los territorios del Capital.

La Via Campesina

«En nuestras cosmovisiones, somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos custodios ancestrales – el pueblo Lenca, resguardados además para los espíritus de las niñas que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos, es dar la vida para el bien de la humanidad y de este planeta. (…)
¡Despertemos, despertemos humanidad! Ya no hay tiempo. Nuestras consciencias serán sacudidas por el hecho de estar solo contemplando la autodestrucción pasada en la depredación capitalista, racista y patriarcal.»
Berta Cáceres [Mujer líder de la organización de derechos indígenas COPINH en Honduras, asesinada el 3 de marzo 2016 para su lucha en defensa de su pueblo, su territorio y los ríos.]